El metro es ese lugar en el que nos escondemos de la superficie. Así es como me siento cada vez que bajo las escaleras que me alejan del frío o la lluvia, para notar el siempre cargado ambiente subterráneo. El jefe no quiso que trabajáramos en casa más de lo estrictamente necesario, y eso nos obligó a ir a la oficina gran parte de la pandemia. Y llegó la Navidad. A Puri se le ocurrió la idea de hacer el amigo invisible. Yo pensé que era una tontería monumental, pero Puri es la sobrina del jefe. Sentado en el banco del andén, esperando la llegada del metro y con el ridículo regalo en la mano, sentí que el ambiente era algo más cargado de lo habitual. Aflojé el nudo de mi corbata, miré a un lado y a otro, y volví a leer el mensaje que acababa de enviarme Puri. Una vez tuve una novia que me dejó por teléfono, cuando aún se debía tener algo de dignidad y valor para llamar a alguien y decirle que todo había terminado. Luego llegaron los mensajes de texto y las emociones se disfrazar...
Todo empezó en un semáforo. No soy rubia, no tengo un descapotable pero hago las croquetas como las de mi madre. Me gusta escribir. Reírnos de nosotros mismos nos mantiene locos en un mundo de cuerdos.