Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2018

Último testigo

Se acerca el final de año y con él, los buenos propósitos para el próximo. Así que en ello estamos. El blog ha cogido otro color, otra imagen, y además de la Rubia, la Morena, las chinchetas, el descapotable o las croquetas, cabe inaugurar una sección propia de Microrrelatos. Desde siempre he escrito pero no fue hasta el 2016 que me atreví a hacerlo con algo más de seriedad o rigurosidad y presentarme a concursos. Los Microrrelatos me han dado alegrías (reconocimiento) y otros no tanto, porque no han sido seleccionados, pero a mí me han aportado algo, en realidad, siempre lo hacen. Me llevan a terrenos desconocidos en los que me descubro cada vez un poquito más. No podía dejar de iniciar la sección con el primer Microrrelato que llegó a finalista en el VI Micro Concurso de la Microbiblioteca . Fue en el mes de Octubre de 2016 y se titula "Último testigo". Nació a raíz de un ejercicio en el taller de Ginés Cutillas, y gustó. Ver el texto en papel, publicado en el recopila...

Las chinchetas de las emociones

Dije que odiaba a mi jefe, ¿verdad? Pues he tenido la cena de empresa. Me dedico a la publicidad por vocación. De pequeña ya analizaba los diferentes anuncios de la televisión. Así que en Navidad es cuando más disfrutaba. Qué derroche de creatividad… mentira, en esa época era todo muy típico, pero soñaba con crecer y llegar a una gran agencia de publicidad y revolucionar la industria del juguete. No tuve dudas en estudiar la carrera, hice prácticas aquí y allá, viajé a Madrid, me especialicé aún más hasta entrar en una de las mejores agencias de Barcelona. Y me quedé embarazada. Y sí, me dejan las campañas de juguetes y temas relacionados con la maternidad, es que Sra. Garrido, usted es la persona ideal para hablar de ojeras y malas noches . Al principio me lo tomaba bastante mal, sobre todo porque cuando mi jefe, ese al que odio tanto,   me soltaba tal sandez, de la irritación, mis pezones chorreaban y pedían ser atendidos, imagino que mi hijo lloraba en la otra punta de l...